Miles de madrileños y visitantes pueblan las calles de Plaza de la Paja, Plaza de la Cebada, Puerta de Moros, Almendro, San Francisco, etc. No hay que perderse los conciertos en las Vistillas y en las plazas de la zona.
La fiesta grande de la Paloma es el 15 de agosto, pero desde fechas antes las inmediaciones del templo en el que se descuelga el cuadro que representa a la Virgen estarán ya viviendo los festejos en su honor.
La imagen de la Virgen de La Paloma que Isabel Tintero en 1790 colocó en el portal de su casa conquistó el corazón de los vecinos que se acercaban a ella para pedirle curaciones, encomendar a los niños y pedir protección para las mujeres que esperaban la llegada de un nuevo hijo. "La Paloma –decía Francisco Azorín- no es patrona de Madrid, pero sí reina plenamente en muchos corazones humildes que habitan en la Villa”.
La celebración desde finales del siglo XX se encadenan y solapan con las de Cayetano (7 de agosto) y las de San Lorenzo (10 de agosto). De esta forma los programas comienzan anunciándose conjuntamente en pregón oficial desde la Plaza de Cascorro. En todas ellas se celebran concursos de mantones de Manila, decoración de balcones, bailes (generalmente chotis), degustaciones de productos típicos de Madrid.
Algunas de las celebraciones populares de la fiesta de la Paloma se centran en la plaza de la Paja, plaza de la Cebada, puerta de Moros y prolongándose por la carrera de San Francisco alcanza las cercanías de la basílica de San Francisco extendiéndose a los jardines de Las Vistillas. Las corralas de la calle de la Paloma se decoran con luces y guirnaldas.